jueves, 4 de septiembre de 2008

La sangre de Kvaser

La sangre de Kvaser (Kvasers blod)
LARS-HENRIK OLSEN
Høst & Søn, 1996

Este libro es el tercero de la trilogía que el escritor danés Lars-Henrik Olsen dedicó al joven Erik Menneskesøn, que vive sus aventuras en el mundo mitológico de losvikingos, llegando a hacer un hermanamiento de sangre con el propio Odín y consiguiendo que dioses y gigantes se reconcilien.

Fragmento:

Erik miró hacia arriba y vio una enorme águila sentada entre las ramas más elevadas. En su gran pico transportaba un halcón. Vio los cuatro ciervos que saltaban entre las ramas del árbol, que eran tan grandes como carreteras. Y sobre el techo del Valhal, al lado de Eiktyrner, estaba la cabra Heidrun comiéndose todas las hojas del árbol. De sus ubres salían enormes chorros de aguamiel para que los einherier (los guerreros caídos en combate) bebieran.

Era muy temprano por la mañana y reinaba un silencio absoluto. Sleipnir, el caballo de ocho patas, estaba pastando tranquilamente frente a uno de los enormes portones del Valhal. Pero de repente Gyldenkam cacareó y poco después se abrieron los portones. Los einherier salieron de a miles y poblaron la llanura de Ida, listos para pelear y ansiosos de prepararse para la última batalla. Había también unos enormes gigantes, todos cuidadosamente seleccionados por las valkirias (semidiosas) para asistir a los Ases en su gran lucha contra los gigantes durante el Ragnarok, algo así como el fin del mundo. Pero sus esfuerzos iban a ser en vano, ya lo sabía, ya que todos morirían si se cumplía la profecía de la adivina.

Erik suspiró. Lo que estaba viendo eran los famosos vikingos. Cada uno de ellos tenía una historia para contar sobre la vida cotidiana en sus granjas y sobre las campañas conquistadoras del pasado. Conocían a todos los jefes y reyes de la época de los vikingos y podían enriquecer la historia nórdica con sus conocimientos que eran como un tesoro, si se sentaban a relatar. Y no sólo conocían la historia nórdica sino también la de todo el mundo occidental, ya que los vikingos habían estado por todos lados.

Algunos de ellos tal vez habían participado en el descubrimiento de América o podían relatar lo que sucedió en Groenlandia en su época. Quizás otros habían participado en campañas alrededor del Mar Mediterráneo, en viajes a través de los grandes ríos rusos o habían prestado sus servicios al emperador bizantino en Bizancio o al Califa en Bagdad.

Erik se encontró cara a cara con la historia que nunca había sido contada y que había sido conservada como mitos y leyendas, hallazgos y pistas poco claras. Y ahora comenzaban a pelearse empecinadamente. Uno contra uno, dos contra dos, muchos contra muchos, y utilizando todo tipo de armas. El desplazarse entre ellos era un desafío mortal pero, de todos modos, debía hacerlo para poder cumplir la promesa que había hecho.

Abrió despacio la puerta de rejas y entró agazapado con la esperanza de que los einherier no lo descubrieran al estar tan concentrados en la lucha. Pero luego de muy pocos segundos, fue descubierto.

»¿Quieres participar?« le gritó uno de los hombres con muchísimo pelo que estaba parado sobre una sola pierna frente a otro sin pierna. Además de la pierna ya le faltaban dos dientes en la parte superior de la boca. Las dos piernas cortadas de los hombres luchadores se encontraban prolijamente acostadas una al lado de la otra sobre la hierba.

»Aquí nos peleamos en igualdad de condiciones« gritó el otro hombre, pero en un momento de descuido recibió un sablazo sobre su hombro que le hizo aflojar el brazo luchador.

Erik sacudió la cabeza y siguió caminando.

»Vengo en misión de paz«, murmuraba Erik en el medio del endordecedor ruido de la guerra.

»¡Un hombre nuevo!« escucho decir Erik a otros hombres, y los vikingos se juntaron de inmediato a su alrededor. Uno de ellos llevaba su propia cabeza bajo el brazo.

»¿Cuándo te moriste?« preguntó la cabeza.

»Todavía no he muerto«, contestó Erik e intentó sonreír a pesar de su temor.

»Entonces ya es hora«, escuchó gritar a otro hombre. »Ojo por ojo y diente por diente.«

Una flecha pasó rasante por delante suyo seguida por un hacha de combate que también pasó silbando por los aires. Erik se agachó, saltó rápidamente hacia un costado y consiguió a duras penas esquivar el ataque.


Trilogía:
Erik Menneske Søn (1986)
Kampen om Sværdet (1991)
Kvasers Blod (1996)